A finales de agosto, Eltono tuvo la oportunidad de intervenir durante 15 días sobre 150 puertas del pueblo murciano de Puerto Lumbreras, como siempre , genial!... "sin cubrir ni transformar", buscando la integración en las puertas El Tono en Puerto Lumbreras
domingo, 3 de mayo de 2009
The 1 Minute Painting
aqui muestro una serie de videos.
1) en el primero es una pintura realizada con spray , son movimientos a gran velozidad, es una pintura estudiada de antemano, sabe los movimientos que tiene que hacer y los colores que va a utilizar.es un tema comun una luna , es un paisaje nocturno, pero aqui lo que destaca es la rapidez y la tecnica que el artista tiene . principalmente y como tema importante de este trabajo es la rapidez y fluidez que elabora la pintura http://www.youtube.com/watch?v=0CFPg1m_Umg
1) en el primero es una pintura realizada con spray , son movimientos a gran velozidad, es una pintura estudiada de antemano, sabe los movimientos que tiene que hacer y los colores que va a utilizar.es un tema comun una luna , es un paisaje nocturno, pero aqui lo que destaca es la rapidez y la tecnica que el artista tiene . principalmente y como tema importante de este trabajo es la rapidez y fluidez que elabora la pintura http://www.youtube.com/watch?v=0CFPg1m_Umg
La línea en el plano
La línea como tal es invisible, pues es el trazo que deja el punto al moverse, lo que lo convierte de estático a dinámico; por lo tanto la línea es el producto del punto. Entonces podemos definir a la línea como el derivado del punto.
El origen de la línea es proveniente de las fuerzas del punto, sus formas dependen del número de esas fuerzas y de su combinaciones, pero todas las fuerzas del punto, productoras de esas líneas en definitiva, pueden reducirse a dos: Fuerza única y dos fuerzas; la fuerza única con un efecto único o continuado de ambas fuerzas, que se alternan y el efecto simultáneo de ambas fuerzas.
Una primera forma de línea puede generarse cuando una fuerza venida del exterior hace que el punto se dirija a cualquier dirección; la dirección permanece sin variación alguna y la línea tiende a prolongarse indefinidamente, es tal la recta que puede observarse la forma más simple e infinita de movimiento.
La tensión o movimiento aporta solamente una parte del movimiento, la otra la forma la dirección. Así, pues, tenemos que los elementos en la pintura son las huellas que se hacen presente bajo el aspecto de tensión y dirección.
El punto está constituido sólo por tensión, ya que no tiene dirección alguna. De esta misma forma cuando analizamos el color, observamos que algunos se diferencian por la dirección de las tensiones. La tensión es la fuerza presente en el interior del segmento que aporta una parte del movimiento activo.
Tenemos tres tipos de forma en la recta, y se distinguen entre sí por la temperatura. Esta formas son: frías, cálidas y frías, y son las formas más puras de las posibilidades de movimiento infinito. En los colores blanco y negro llamados acromáticos y que hoy día les decimos incoloros, son silenciosos. En ambos, el sonido se encuentra reducido a un mínimo. Blanco y negro quedan fuera de la gama del color, también en la horizontal y vertical ocupan un lugar especial entre las líneas, ya que en su posición central son irrepetibles y permanecen, por lo tanto, solitarias.
La escala cromática va de blanco a negro y bajo el aspecto de la temperatura observamos que el blanco es cálido, mientras que el negro no lo es en lo absoluto; el blanco y el negro se distinguen por elementos de altura y profundidad, y esto permite identificarlos como vertical y horizontal.
En los colores blanco y negro llamados acromáticos y que hoy día les decimos incoloros, son silenciosos. En ambos, el sonido se encuentra reducido a un mínimo. Blanco y negro quedan fuera de la gama del color, también en la horizontal y vertical ocupan un lugar especial entre las líneas, ya que en su posición central son irrepetibles y permanecen, por lo tanto, solitarias.
La línea como tal es invisible, pues es el trazo que deja el punto al moverse, lo que lo convierte de estático a dinámico; por lo tanto la línea es el producto del punto. Entonces podemos definir a la línea como el derivado del punto.
El origen de la línea es proveniente de las fuerzas del punto, sus formas dependen del número de esas fuerzas y de su combinaciones, pero todas las fuerzas del punto, productoras de esas líneas en definitiva, pueden reducirse a dos: Fuerza única y dos fuerzas; la fuerza única con un efecto único o continuado de ambas fuerzas, que se alternan y el efecto simultáneo de ambas fuerzas.
Una primera forma de línea puede generarse cuando una fuerza venida del exterior hace que el punto se dirija a cualquier dirección; la dirección permanece sin variación alguna y la línea tiende a prolongarse indefinidamente, es tal la recta que puede observarse la forma más simple e infinita de movimiento.
La tensión o movimiento aporta solamente una parte del movimiento, la otra la forma la dirección. Así, pues, tenemos que los elementos en la pintura son las huellas que se hacen presente bajo el aspecto de tensión y dirección.
El punto está constituido sólo por tensión, ya que no tiene dirección alguna. De esta misma forma cuando analizamos el color, observamos que algunos se diferencian por la dirección de las tensiones. La tensión es la fuerza presente en el interior del segmento que aporta una parte del movimiento activo.
Tenemos tres tipos de forma en la recta, y se distinguen entre sí por la temperatura. Esta formas son: frías, cálidas y frías, y son las formas más puras de las posibilidades de movimiento infinito. En los colores blanco y negro llamados acromáticos y que hoy día les decimos incoloros, son silenciosos. En ambos, el sonido se encuentra reducido a un mínimo. Blanco y negro quedan fuera de la gama del color, también en la horizontal y vertical ocupan un lugar especial entre las líneas, ya que en su posición central son irrepetibles y permanecen, por lo tanto, solitarias.
La escala cromática va de blanco a negro y bajo el aspecto de la temperatura observamos que el blanco es cálido, mientras que el negro no lo es en lo absoluto; el blanco y el negro se distinguen por elementos de altura y profundidad, y esto permite identificarlos como vertical y horizontal.
En los colores blanco y negro llamados acromáticos y que hoy día les decimos incoloros, son silenciosos. En ambos, el sonido se encuentra reducido a un mínimo. Blanco y negro quedan fuera de la gama del color, también en la horizontal y vertical ocupan un lugar especial entre las líneas, ya que en su posición central son irrepetibles y permanecen, por lo tanto, solitarias.
sábado, 2 de mayo de 2009
como analizar una obra de arte
Cómo se analiza una pintura
Miles de personas sienten pánico al enfrentarse a una pintura, porque temen no entenderla. Muchas veces uno sabe lo que le produce emocionalmente la obra, pero encuentra difícil explicar la razón. Algunas pinturas expresan tranquilidad y reposo, otras caos y estrépito. No importa cuánto difieran unas de otras, o de qué corriente o época sean; los pasos para analizarlas son comunes a todas, y en la siguiente guía encontrarán los más importantes.
La composición :
una pintura es una representación del espacio, por lo tanto dentro de ella rigen conceptos básicos de la naturaleza. Sabemos que ésta tiende al equilibrio y a la simplicidad. Que existe un arriba y un abajo y una dirección izquierda-derecha. El soporte de las obras de arte (al cual denominaremos “plano básico” siguiendo las investigaciones del pintor ruso Kandinsky) es, por lo general, rectangular. Lo que llamamos “composición pictórica” no es más que la manera que el artista ha elegido para distribuir los elementos de su representación en el plano básico.
Los pesos visuales
Kandinsky propuso dividir al plano básico en cuatro partes iguales, es decir, atravesarlo por un eje vertical y otro horizontal, cuya intersección marque exactamente el centro de la obra. La primera relación que podemos establecer es la que divide al arriba del abajo. La zona superior es la que menos peso visual tolera, y la inferior, la que mayor peso visual tolera. Con “peso visual” nos referimos sencillamente al efecto óptico que produce una figura grande y maciza, o un color intenso. Se trata de zonas que intuitivamente percibimos como “cargadas”.No es difícil relacionar la división arriba-abajo con la realidad: la fuerza de gravedad nos mantiene a las personas y a las cosas con los pies en la tierra, mientras arriba nos encontramos con el aire y el cielo abierto. La segunda relación que establecemos es la relación izquierda-derecha, que, como la anterior, también nos conduce de una zona menos densa, a otra más densa. La conclusión es, entonces, que la zona más “pesada” de la obra se corresponde con el sector inferior derecho, y la zona más “liviana”, con el sector superior izquierdo. Esquematizando:
Estos conceptos sirven para identificar los pesos visuales dentro del cuadro, y la relación que tienen las figuras en su interior. Por supuesto, no significa que el mayor peso visual vaya a estar siempre en el sector inferior derecho. Muchas veces puede encontrárselo en el centro, o incluso en el sector superior. En tales casos el efecto de peso es más evidente, pues la figura ocupa un sector “liviano”, llamando mucho la atención y obligando a la vista a fijarse una y otra vez en ella.
Los centros
Con “centros” nos referimos a aquellas partes de la obra que consideramos las más importantes. Siempre existe un centro principal, y pueden haber centros secundarios. Los identificamos porque nos llaman la atención de inmediato. Por dar un ejemplo muy conocido, el centro de “La Gioconda” de Leonardo da Vinci es, sin duda, el rostro de la mujer.
Los ejes
Son líneas imaginarias, horizontales, verticales u oblicuas, alrededor de las cuales se han distribuido los elementos de la pintura. Se trazan en relación a la posición que ocupan los centros dentro de la obra. Así, el eje más evidente de “La Gioconda”, es el vertical que atraviesa a la mujer, y que la divide en dos mitades perfectas. También encontramos un eje horizontal a la altura de sus hombros.
Equilibrio
Se trata de la sensación de estabilidad que transmite una pintura, por más de que su contenido sea caótico. Toda buena obra de arte está perfectamente equilibrada. Se trata de la posibilidad de distribuir los cuerpos dentro del espacio de manera que conformen una armonía de conjunto. Percibir el equilibrio dentro de una pintura es un acto puramente intuitivo, y sólo se comprende concientemente al analizarla. Fíjense en qué lugares han sido colocados los pesos visuales, fíjense los motivos por los cuáles ha sido tolerado el peso. Si el mayor peso se halla en los sectores más livianos del plano básico, es seguro que habrán pesos menores en las zonas inferiores que compensen al primero, logrando así que la obra no se desequilibre.
Líneas
Nos referimos a las líneas que contornean las figuras o que las delimitan, y también a aquellas que marcan direcciones. Pueden ser quebradizas o redondeadas, gruesas o finas. Por sí solas pueden ser muy elocuentes: piensen que una sutil línea horizontal puede marcar un horizonte, o que una sencilla línea oblicua que se dispara al fondo puede otorgarle a la obra una gran sensación de profundidad (perspectiva).
Tensiones dinámicas
Con este nombre designamos a las fuerzas que crean movimiento en la obra. “La Gioconda” representa a una mujer quieta, pero no inerte, es decir que la percibimos viva. Las tensiones se expresan mediante numerosos medios visuales. En primer lugar, el movimiento depende de la proporción. En el círculo, las fuerzas dinámicas se disparan desde el centro en todas direcciones. En el óvalo y el rectángulo existe tensión dirigida a lo largo del eje mayor (vertical en el primer caso y horizontal en el segundo). El contenido de la obra definirá a dónde se dirige ese eje, si hacia arriba o hacia abajo, si a la izquierda o a la derecha. La direccionalidad se percibe fácilmente.Otros recursos para crear movimiento son la oblicuidad de las líneas o formas, la deformación de las figuras y también la interacción de colores que contrastan.La dinámica de la composición se logra cuando el movimiento de cada uno de los detalles se adecua al movimiento del conjunto. La obra de arte se organiza en torno a un tema dinámico dominante desde el cual el movimiento se propaga por toda el área de la composición.
La tendencia a la simplicidad
El hombre percibe estructuras, no elementos aislados. Esto quiere decir que cuando observamos una pintura, no la percibimos como una suma de partes, sino como un todo. Nuestro ojo se comporta como la naturaleza, que tiende a la simplicidad y a la relación. Si no fuéramos capaces de organizar nuestro entorno, éste se nos presentaría caótico. De esta manera, los filósofos de la “Gestalt” (estructura) han sistematizado una serie de nociones útiles que nos sirven para nuestro análisis.Una de ellas es la relación figura-fondo. En las obras pictóricas, algunos objetos se perciben “delante”, y otros “detrás”, permitiéndonos dilucidar qué cantidad de planos de profundidad contienen, y qué relaciones establecen con respecto a la ubicación, tamaño, etc.Otra de las leyes habla de las formas pregnantes. Se trata de formas geométricas fácilmente reconocibles y esquematizables. Volviendo al ejemplo de La Gioconda, podemos decir que la figura de la mujer puede ser esquematizada mediante un sencillo triángulo.Otras leyes importantes son la de cierre (cuando percibimos que una forma está completa, aunque no se presente así en el cuadro), y la de continuidad del fondo (percibimos que el paisaje detrás de La Gioconda se continúa, a pesar que la mujer tape parte de él).
Miles de personas sienten pánico al enfrentarse a una pintura, porque temen no entenderla. Muchas veces uno sabe lo que le produce emocionalmente la obra, pero encuentra difícil explicar la razón. Algunas pinturas expresan tranquilidad y reposo, otras caos y estrépito. No importa cuánto difieran unas de otras, o de qué corriente o época sean; los pasos para analizarlas son comunes a todas, y en la siguiente guía encontrarán los más importantes.
La composición :
una pintura es una representación del espacio, por lo tanto dentro de ella rigen conceptos básicos de la naturaleza. Sabemos que ésta tiende al equilibrio y a la simplicidad. Que existe un arriba y un abajo y una dirección izquierda-derecha. El soporte de las obras de arte (al cual denominaremos “plano básico” siguiendo las investigaciones del pintor ruso Kandinsky) es, por lo general, rectangular. Lo que llamamos “composición pictórica” no es más que la manera que el artista ha elegido para distribuir los elementos de su representación en el plano básico.
Los pesos visuales
Kandinsky propuso dividir al plano básico en cuatro partes iguales, es decir, atravesarlo por un eje vertical y otro horizontal, cuya intersección marque exactamente el centro de la obra. La primera relación que podemos establecer es la que divide al arriba del abajo. La zona superior es la que menos peso visual tolera, y la inferior, la que mayor peso visual tolera. Con “peso visual” nos referimos sencillamente al efecto óptico que produce una figura grande y maciza, o un color intenso. Se trata de zonas que intuitivamente percibimos como “cargadas”.No es difícil relacionar la división arriba-abajo con la realidad: la fuerza de gravedad nos mantiene a las personas y a las cosas con los pies en la tierra, mientras arriba nos encontramos con el aire y el cielo abierto. La segunda relación que establecemos es la relación izquierda-derecha, que, como la anterior, también nos conduce de una zona menos densa, a otra más densa. La conclusión es, entonces, que la zona más “pesada” de la obra se corresponde con el sector inferior derecho, y la zona más “liviana”, con el sector superior izquierdo. Esquematizando:
Estos conceptos sirven para identificar los pesos visuales dentro del cuadro, y la relación que tienen las figuras en su interior. Por supuesto, no significa que el mayor peso visual vaya a estar siempre en el sector inferior derecho. Muchas veces puede encontrárselo en el centro, o incluso en el sector superior. En tales casos el efecto de peso es más evidente, pues la figura ocupa un sector “liviano”, llamando mucho la atención y obligando a la vista a fijarse una y otra vez en ella.
Los centros
Con “centros” nos referimos a aquellas partes de la obra que consideramos las más importantes. Siempre existe un centro principal, y pueden haber centros secundarios. Los identificamos porque nos llaman la atención de inmediato. Por dar un ejemplo muy conocido, el centro de “La Gioconda” de Leonardo da Vinci es, sin duda, el rostro de la mujer.
Los ejes
Son líneas imaginarias, horizontales, verticales u oblicuas, alrededor de las cuales se han distribuido los elementos de la pintura. Se trazan en relación a la posición que ocupan los centros dentro de la obra. Así, el eje más evidente de “La Gioconda”, es el vertical que atraviesa a la mujer, y que la divide en dos mitades perfectas. También encontramos un eje horizontal a la altura de sus hombros.
Equilibrio
Se trata de la sensación de estabilidad que transmite una pintura, por más de que su contenido sea caótico. Toda buena obra de arte está perfectamente equilibrada. Se trata de la posibilidad de distribuir los cuerpos dentro del espacio de manera que conformen una armonía de conjunto. Percibir el equilibrio dentro de una pintura es un acto puramente intuitivo, y sólo se comprende concientemente al analizarla. Fíjense en qué lugares han sido colocados los pesos visuales, fíjense los motivos por los cuáles ha sido tolerado el peso. Si el mayor peso se halla en los sectores más livianos del plano básico, es seguro que habrán pesos menores en las zonas inferiores que compensen al primero, logrando así que la obra no se desequilibre.
Líneas
Nos referimos a las líneas que contornean las figuras o que las delimitan, y también a aquellas que marcan direcciones. Pueden ser quebradizas o redondeadas, gruesas o finas. Por sí solas pueden ser muy elocuentes: piensen que una sutil línea horizontal puede marcar un horizonte, o que una sencilla línea oblicua que se dispara al fondo puede otorgarle a la obra una gran sensación de profundidad (perspectiva).
Tensiones dinámicas
Con este nombre designamos a las fuerzas que crean movimiento en la obra. “La Gioconda” representa a una mujer quieta, pero no inerte, es decir que la percibimos viva. Las tensiones se expresan mediante numerosos medios visuales. En primer lugar, el movimiento depende de la proporción. En el círculo, las fuerzas dinámicas se disparan desde el centro en todas direcciones. En el óvalo y el rectángulo existe tensión dirigida a lo largo del eje mayor (vertical en el primer caso y horizontal en el segundo). El contenido de la obra definirá a dónde se dirige ese eje, si hacia arriba o hacia abajo, si a la izquierda o a la derecha. La direccionalidad se percibe fácilmente.Otros recursos para crear movimiento son la oblicuidad de las líneas o formas, la deformación de las figuras y también la interacción de colores que contrastan.La dinámica de la composición se logra cuando el movimiento de cada uno de los detalles se adecua al movimiento del conjunto. La obra de arte se organiza en torno a un tema dinámico dominante desde el cual el movimiento se propaga por toda el área de la composición.
La tendencia a la simplicidad
El hombre percibe estructuras, no elementos aislados. Esto quiere decir que cuando observamos una pintura, no la percibimos como una suma de partes, sino como un todo. Nuestro ojo se comporta como la naturaleza, que tiende a la simplicidad y a la relación. Si no fuéramos capaces de organizar nuestro entorno, éste se nos presentaría caótico. De esta manera, los filósofos de la “Gestalt” (estructura) han sistematizado una serie de nociones útiles que nos sirven para nuestro análisis.Una de ellas es la relación figura-fondo. En las obras pictóricas, algunos objetos se perciben “delante”, y otros “detrás”, permitiéndonos dilucidar qué cantidad de planos de profundidad contienen, y qué relaciones establecen con respecto a la ubicación, tamaño, etc.Otra de las leyes habla de las formas pregnantes. Se trata de formas geométricas fácilmente reconocibles y esquematizables. Volviendo al ejemplo de La Gioconda, podemos decir que la figura de la mujer puede ser esquematizada mediante un sencillo triángulo.Otras leyes importantes son la de cierre (cuando percibimos que una forma está completa, aunque no se presente así en el cuadro), y la de continuidad del fondo (percibimos que el paisaje detrás de La Gioconda se continúa, a pesar que la mujer tape parte de él).
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